En medio de una creciente rivalidad con Estados Unidos, Beijing ha delineado un objetivo de crecimiento económico que busca estabilidad y apertura al mundo. Este enfoque resalta la intención de China de diversificar sus relaciones comerciales y fortalecer su economía interna al tiempo que navega por un entorno global incierto. La estrategia de Beijing se centra en fomentar asociaciones económicas más amplias y asegurar un crecimiento sostenido que no dependa exclusivamente de su mayor competidor, los Estados Unidos. Con este plan, China busca adaptarse a los cambios geopolíticos y avanzar hacia un futuro más resiliente.

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