En la región del Sahel, China está consolidando su influencia militar y política, llenando el vacío que han dejado Francia y Estados Unidos. A medida que estos países reducen su presencia, China ha intensificado sus lazos con naciones africanas, ofreciendo apoyo militar y cooperación en seguridad. Este cambio en la dinámica geopolítica podría tener implicaciones significativas para la estabilidad de la región y la competencia entre potencias globales por la influencia en África.

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