La corte de Malasia ha dictaminado que el acto de ‘herir sentimientos religiosos’ se considera un delito. Esta decisión marca un hito en la legislación del país, donde la protección de las creencias religiosas es un tema sensible y de gran importancia social. La sentencia busca equilibrar la libertad de expresión con el respeto hacia las diversas religiones presentes en Malasia, un país multicultural y multirreligioso. Las implicaciones de este fallo podrían afectar a la manera en que se llevan a cabo debates y discusiones sobre temas religiosos en el futuro.

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