La reciente clausura del teatro Sunbeam en Hong Kong ha generado preocupación sobre el futuro de la ópera cantonesa. Este arte tradicional ha enfrentado desafíos significativos en los últimos años, pero es vital que continúe su legado. Instituciones y artistas deben trabajar juntos para preservar este patrimonio cultural y asegurar que las nuevas generaciones puedan disfrutar de su belleza y profundidad. Además, se requiere un mayor apoyo gubernamental y una audiencia más comprometida que aprecie la historia y el significado de la ópera cantonesa en la identidad cultural de la región.
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