En Hong Kong, locales y turistas se agrupan para señalar a quienes consideran ‘villanos’ en la sociedad actual, buscando liberar tensiones y expresar sus frustraciones de una manera única. Esta acción, que puede parecer peculiar para los forasteros, se ha convertido en un fenómeno social en la ciudad, donde la gente busca una forma de canalizar sus emociones en un contexto que ha estado cargado de desafíos económicos y sociales. La tradición se ha vuelto un tanto simbólica, marcando un espacio donde la comunicación de quejas puede llevarse a cabo de manera colectiva y, a veces, humorística. Al hacerlo, los participantes encuentran una sensación de comunidad entre la adversidad.

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