Las recientes incautaciones de productos rusos han causado estragos en el enlace ferroviario entre China y Europa. Este fenómeno ha generado un impacto significativo en las operaciones comerciales, afectando tanto a los exportadores como a los importadores. Las autoridades están intensificando las medidas de control, lo que ha llevado a retrasos y complicaciones en la logística del transporte. Este escenario plantea desafíos adicionales para las empresas que dependen de esta ruta para sus operaciones comerciales, lo que podría repercutir en los precios y la disponibilidad de productos en el mercado europeo. La situación sigue evolucionando y se espera que las repercusiones se sientan en el comercio internacional en los próximos meses.
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