La guerra comercial iniciada por Trump ha tenido un impacto significativo en las relaciones comerciales entre Estados Unidos, Europa y China. A medida que las tensiones aumentan, tanto Europa como China están encontrando oportunidades para fortalecer sus lazos comerciales y económicos. Esta situación ha llevado a un cambio en las dinámicas del comercio internacional, donde Europa y China buscan colaborar más estrechamente para contrarrestar las políticas proteccionistas de Estados Unidos. La necesidad de diversificar sus mercados y reducir la dependencia de la economía estadounidense se ha vuelto más evidente, lo que podría resultar en un nuevo equilibrio en el comercio global.

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