El concepto de la trampa de Tucídides sugiere que el ascenso de una potencia emergente, como China, puede llevar a un conflicto inevitable con una potencia establecida, como Estados Unidos. Sin embargo, esta interpretación no es una conclusión definitiva. Existen múltiples factores que pueden influir en la relación entre ambas naciones, y es posible que se logre una coexistencia pacífica. La historia ha demostrado que no siempre se repiten los patrones de conflicto, y la diplomacia y la cooperación pueden ofrecer alternativas viables para evitar una confrontación.

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