China, con reservas de US$3.2 billones, ha desarrollado cuatro áreas clave de inversión que se conocen como sus ‘flores doradas’. Estas áreas incluyen la inversión en infraestructura, tecnología, energía y mercados emergentes. A través de estas inversiones, Beijing busca no solo diversificar su portafolio, sino también fortalecer su influencia económica a nivel global. La estrategia de inversión de China es fundamental para entender su papel en el comercio internacional y su crecimiento económico sostenido.

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