Malasia ha anunciado su intención de convertirse en un centro de fabricación de chips a nivel mundial, invirtiendo US$250 millones en el brazo del Reino Unido de Arm. Esta inversión está destinada a impulsar la capacidad del país en el desarrollo y producción de semiconductores, cruciales para diversas industrias tecnológicas. Al fortalecer su infraestructura de chips, Malasia espera competir en el mercado global y atraer aún más inversiones en este sector en crecimiento.

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