A pesar de las incertidumbres en el ámbito internacional, Mongolia continúa esperando que el nuevo gasoducto que conectará a Rusia y China se lleve a cabo. Este proyecto es crucial para el suministro energético de la región y podría tener un impacto significativo en la economía mongola, así como en las relaciones comerciales entre los tres países. Las autoridades mongolas han expresado su optimismo sobre la viabilidad del proyecto, destacando su importancia para el desarrollo energético y la cooperación regional.
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