Trump ha expresado su deseo de debilitar la industria de construcción naval en China por varias razones estratégicas y económicas. Uno de los principales factores podría ser la intención de reducir la dependencia de los barcos y equipos marinos fabricados en China, lo que podría fortalecer la industria naval estadounidense y, en consecuencia, su economía. También puede ser una estrategia para aumentar la presión sobre el gobierno chino en relación con políticas comerciales y prácticas consideradas injustas. La industria naval es clave para la proyección de poder de un país, y al desestabilizar a China en este sector, Trump podría estar buscando debilitar su influencia en la región y a nivel global.
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