El último de los seis hongkoneses que fueron liberados de una granja de estafas en Myanmar ha regresado a Hong Kong. Este grupo había sido secuestrado y obligado a trabajar en condiciones inhumanas. Su liberación se produjo tras una serie de esfuerzos por parte de las autoridades y la presión pública. La situación ha generado preocupación sobre la seguridad de los ciudadanos en el extranjero y ha puesto de relieve el problema de las estafas en línea que operan desde el sudeste asiático. Las familias de los liberados han expresado su alivio y gratitud por su regreso, aunque el trauma de la experiencia perdurará.
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