El expresidente Donald Trump ha caracterizado a China como un ‘desafío económico único’ que complica las aspiraciones comerciales de Estados Unidos. Esta declaración resalta las tensiones persistentes entre ambas potencias en el ámbito del comercio, en un contexto donde las políticas estadounidenses buscan equilibrar la balanza comercial y proteger industrias locales. La administración Trump tomó diversas medidas, incluidas tarifas sobre productos chinos, para contrarrestar la influencia económica de China. Este enfoque refleja la visión de que las relaciones comerciales deben ser reajustadas en beneficio de Estados Unidos, ante lo que se percibe como prácticas comerciales desleales de China.

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