Analistas han señalado que la reciente venta de los puertos de Panamá podría intensificar la presión de Estados Unidos sobre las inversiones chinas en la región. Esta situación se produce en un contexto de creciente tensión entre ambas naciones, donde EE. UU. busca limitar la influencia de China en América Latina. La venta de estos activos estratégicos podría ser vista como una oportunidad para que Washington refuerce su posición y fomente una mayor vigilancia sobre las inversiones chinas en el continente.

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