En Hong Kong, el yoga para niños no solo se centra en la actividad física, sino que también promueve la gratitud y la felicidad. A través de diversas prácticas, los niños aprenden a cultivar una mentalidad positiva y a apreciar el momento presente. Este enfoque integral ayuda a los más pequeños a desarrollar habilidades emocionales que son esenciales para su bienestar. Las clases de yoga incluyen ejercicios de respiración, meditación y posturas que fomentan la conexión mente-cuerpo, lo que resulta en una experiencia enriquecedora que va más allá del simple ejercicio físico.
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