La reciente orden de Trump que establece el inglés como el idioma oficial de Estados Unidos ha generado críticas por ignorar el derecho humano a utilizar la lengua materna. Esta decisión puede afectar a diversas comunidades lingüísticas en el país, ya que promueve la idea de que el inglés debe ser la única lengua en el ámbito oficial, lo que podría llevar a la marginación de otros idiomas y culturas. La diversidad lingüística es parte integral de la identidad de muchos ciudadanos estadounidenses, y tal orden es vista como un paso en la dirección equivocada hacia la inclusión y el respeto por la pluralidad cultural del país.
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