La reciente retórica y políticas adoptadas por la administración de Trump han generado un aumento significativo en la inversión en armamento por parte de diversas naciones. Este auge en los gastos militares plantea preguntas cruciales sobre cómo los países financiarán sus esfuerzos de modernización y expansión de arsenales. La búsqueda de nuevas fuentes de ingresos será vital, al igual que la reevaluación de presupuestos en otras áreas como salud y educación para afrontar el creciente gasto en defensa.
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